viernes, 19 de noviembre de 2010

Medellín bien vale un viaje

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MI PRIMERA CONEXIÓN CON MEDELLÍN data de más de una década, cuando más allá de la medianoche las luces se apagaban en todos los lugares públicos y la gente encendía velas y sacaba pañuelos blancos abogando por la paz y el cese de la guerrilla.
    El segundo episodio fue más cercano a un personaje emblemático: el ex alcalde de Medellín, Sergio Fajardo, en la conferencia anual de Econoinvest en el año 2007 en Caracas. Luego, en 2008, compartimos en una conferencia en Boston, en el Wentworth Institute of Technology (WIT). Como conocía la valía del personaje, empujé para que mi hija se acercara a oírlo. Se sintió tan conmovida que lloró con pesar al constatar que con personajes como él las transformaciones son posibles y que la excelencia como premisa de vida hizo la diferencia en su historia personal para transformar su tierra natal “de la violencia a la esperanza”.
    Sergio Fajardo Valderrama es matemático, doctorado en Estados Unidos. Sin historia previa en política, decidió actuar junto a un grupo de amigos y dejar de quejarse por la situación de su ciudad. Mapearon todo Medellín con las áreas de mayor riesgo, ubicando las mafias, las zonas pobres y las de mayores ingresos. Convenció a los vecinos de comenzar por los más necesitados y darles lo mejor para crear identidad y orgullo en cada barrio. Para lograrlo, trabajó con un grupo de arquitectos y planificadores incansablemente durante cuatro años, generando así la transformación de Medellín.
    Las ideas partieron del conocimiento de lo cotidiano, llevándolo a ser trascendental: el “Parque de los Pies Descalzos” con deliciosas experiencias táctiles; “La Explanada” para tener encuentros nacionales e internacionales de lecturas de poesía; un “Jardín Botánico” centrado en orquidearios alojados en umbráculos hechos con pérgolas de madera de dimensiones gigantes; planos inclinados con pantallas sobre edificios para ver cine a cielo abierto; museos abiertos en pleno centro de la ciudad; y los elementos más emblemáticos, llamados “Parques bibliotecas”, dispersos por toda la ciudad y especialmente en los barrios mas pobres, con lo que se generó de inmediato una recalificación del contexto y la movilidad de toda la población a las nuevas instalaciones. Sobresalen el ganador del Premio Príncipe de Asturias y la última obra de Rogelio Salmona, construida sobre un antiguo basurero. Adicionalmente, el tema de movilidad ha sido resuelto con trenes, metrocables, ciclovías y una política de transporte público organizada en redes que lograron dar un vuelco a la ciudad de un extremo a otro.
    En 2009, cuando realizamos una corta visita técnica desde la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela, y las alcaldías de Caracas, constatamos —no en las nuevas instalaciones de la ciudad, sino en las sonrisas de los niños y en el orgullo de los habitantes— que la ganancia de la ciudad pasó también al nivel de lo intangible.
    Este año, Medellín desplegó su arquitectura y su planificación urbana con la Bienal de Arquitectura Colombiana 2010, ¡que bien vale un viaje!

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