viernes, 24 de junio de 2011

Metamorfosis: la venganza en la torre de David


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POR UN LADO, CRECÍAN LOS BARRIOS sobre las colinas de Caracas. A pesar de los superbloques que pretendieron absorber la demografía, en los rincones, quebradas y vertientes brotaban las habitaciones temporales que solucionaban más rápidamente las necesidades urgentes de cama y cobijo. Las llamaron "ranchos" aquí, y cumplían el eterno ciclo de la vivienda de masas: comenzar de forma precaria y consolidarse poco a poco. Así, Caracas para 1990 tenía barrios de cincuenta años de fundados, otros de cuarenta y otros más jóvenes que siguieron ocupando la geografía urbana. En estos últimos se reproducían los problemas que los más viejos habían superado por sí mismos, abandonados por los gobiernos. Y al mismo tiempo crecía un modo de vida al margen de la razón, de la higiene, de la convivencia, de la justicia, de la civilización.
    Paralela y simultáneamente, crecieron las torres de oficinas, desde las que fueron símbolo de la modernidad arquitectónica de Caracas y llevaban el nombre de Simón, hasta las bancarias y de aseguradoras que se levantaban con chocancia ante la miseria creciente, atiborrando con lujo los espacios, sin dejar separación ni oxígeno ni comunidad ni orden.
    Entonces, vinieron ellos, los olvidados. Ocuparon la arquitectura que surgió de espaldas a ellos y que ya estaba en crisis al colapsar el modelo de ocupación. Trasladaron a las alturas sus subsistencias, sus ranchos, su higiene no enseñada, sus hábitos no aprendidos, sus necesidades no atendidas, sus precarios cartones eternamente provisionales, sus riesgos y sus lacras junto a sus sueños y sus esperanzas. Y tomaron el símbolo del auge: la tercera torre más grande de Venezuela, uno de los rascacielos más grandes de esta Latinoamérica dolida.
    Y la torre devino barrio, la arquitectura chocó contra su propia exclusión, la promiscuidad cobró venganza y se instaló en las alturas, para alumbrar como un faro a la ciudad, proclamando el fracaso del populismo, de los falsos redentores, de la planificación, de la modernidad. El triunfo de la modernidad inconclusa sobre la posmodernidad prematura.

Ver más en:
http://traficovisual.com/La_Torre_de_David_Un_informe_de_la_arquitectura_desde_Caracas_por_Jesus_Fuenmayor.aspx
http://www.el-nacional.com/www/site/p_contenido.php?q=med/186194/Ciudad/Una-ciudadela-en-la-Torre-Confinanzas/f

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