jueves, 2 de agosto de 2018

Caracas gráfica. Ver desde el barrio




El barrio o los asentamientos autoconstruidos caraqueños guardan características similares a las de muchos barrios Latinoamericanos, sin embargo, tienen otras que los hacen desarrollos particulares dentro de la ciudad. Se registra su existencia –según investigaciones de Baldó y Villanueva– desde hace más de 100 años, producto de una serie de factores que dieron pie a la informalidad en la que hoy se desarrollan. Nacen de la búsqueda de oportunidades en la capital y de las dificultades para obtener viviendas, posteriormente pasaron de temporales a permanentes, y en algunos casos están implantadas en lugares de riesgos geológicos motivado por la cercanía a centros de trabajo, servicios, entre otros. La semilla fue sembrada y con el paso del tiempo las raíces se han establecido y convertido en un desarrollo urbano de gran complejidad, no solo por sus características físicas sino también por la herencia cultural y los conocimientos desarrollados en ellos. Ya para 1960 la población que lo habita alcanza un 22% y a finales de los 90 alcanza el 50% y más de un 40% de ubicación. Se consideran la ciudad espontanea, pero ¿qué es más espontáneo que el fenómeno mismo de la ciudad?

La ciudad de los fragmentos. Para Lisa Blackmore: “no solo es la práctica, sino que también es una suerte de archivo que se va compilando espacial y visualmente. En este sentido, da luz a la construcción de una memoria espacializada que narra los acontecimientos colectivos convertidos en historia legitimada por las estructuras memoriosas, o monumentos, que le sirven de contenedores”. Los vínculos entre las partes se han roto, o nunca existieron, pero la ciudad sigue siendo resultado de un conjunto de decisiones, la formación de una serie de acontecimientos que –en el caso de Caracas– han marcado la vida de la misma en etapas determinantes.

En el escenario gráfico se dan otras señales, cuando las dibujas todo cambia, no es “a” sin “b”, sus partes se relacionan y generan nuevas formas. Para el desarrollo de CABA, Cartografía de los Barrios de Caracas 1966-2014, tanto en la publicación y exposición, se buscó representar gráficamente el hecho urbano para comunicarnos visualmente con la realidad de la ciudad caraqueña. Un espacio geográfico convertido en un reto de escala y de representación. Cada línea y dibujo revela finalmente una serie de ideas, conceptos e intenciones acerca de cómo somos capaces de entender una realidad que para algunos es tangible y para otros no. Los barrios comienzan a ponerse en evidencia a través de un medio posible y gráfico que nos aproxima a una visión técnica, a lo que somos.

Los mil fragmentos. El contenido de la investigación incluye un importante número de mapas que se realizaron como forma de construcción de un nuevo material gráfico capaz de darnos la imagen de lo que fue Caracas en su estructura urbana para los años 1966, 1984, 2000 y 2014. Se reconstruyó la información en forma de línea del tiempo gráfica apoyada en la herramienta digital. Durante la reciente investigación realizada, llamada Estrategias de representación gráficas aplicadas a la descripción y comprensión de los asentamientos autoconstruidos de Caracas a través de tres casos de estudio, se pudo determinar la importancia de la escala y las variables gráficas como la forma, el color, y cómo fueron determinantes para conseguir los propósitos buscados. Un ejemplo es como el barrio se vuelve protagonista a través del uso del color, con una intención de generar un acento estratégico que predisponga su visualización.

La intención final fue colocarnos en el mapa, más allá de las fronteras culturales y sociales, describir el panorama de lo que fuimos, somos y proveer las herramientas para la construcción futura.

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