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María Elena Hernández
En Caracas abrió sus puertas el Museo Nacional de Arquitectura, con la muestra denominada La vivienda en Venezuela: hoy y mañana, espacio que despliega la arquitectura de la Gran Misión Vivienda, con las propuestas ejecutadas por el Gobierno del Distrito Capital, Fudacaracas, el Ministerio para la Vivienda y el Hábitat a través de sus convenios nacionales e internacionales, y la Oficina de Planes y Proyectos Especiales de la Presidencia de la República.
El recorrido de la exposición inicia con frases como “La ciudad de los ricos y la ciudad de los pobres” acompañada de enormes imágenes contrapuestas, una vista aérea del conjunto urbano de la plaza Altamira, con otra de las techumbres de un barrio que no pudimos identificar.
Como causante del deterioro de la calidad de vida se señala el “régimen capitalista”, y como solución al problema del déficit de viviendas, se elabora un plan de construcción masiva, en 7 años, cifra que desafía las 800 mil viviendas que el Estado venezolano había construido en 40 años, hasta el 2000.
Entre planos y hermosas maquetas, exploramos las propuestas arquitectónicas que dan forma a un conjunto un tanto dispar en resultados. Despuntan las elaboradas por Fundacaracas, interesantes propuestas residenciales llenas de trópico, agrupaciones basadas en la lectura del patio como elemento configurador del conjunto, exploraciones estructurales y de fachadas muy apropiadas con nuestro clima y modos de vida, herederas de la arquitectura residencial de los años sesenta, de Vivas, Galia, Vegas, Breto o Sayago. Provocadora la propuesta de la Plaza de la Revolución, enorme espacio público ubicado sobre la avenida Bolívar y cercado por bloques de viviendas, que estimularían las dinámicas urbanas de una zona actualmente tomada por el vehículo.
En un contrasentido, mencionaremos las respuestas del Gobierno del Distrito Capital y los convenios nacionales del Ministerio de la Vivienda, soluciones habitacionales simplistas en lo referente a la implantación urbana, esquemáticas en cuanto a las formas de organización espacial de la unidad de vivienda, y carentes de búsquedas que vinculen la edificación a nuestras condiciones climáticas y culturales, tentativas que parecen resolver un déficit numérico. Finalmente las propuestas más preocupantes, las incorporadas a través de convenios internacionales con China, Portugal, Bielorrusia y Turquía, entre otros, metros cuadrados residenciales desvinculados del entorno físico, social y cultural de donde se ubican, carentes de impulsos sobre lo público, tristes cajas para habitar ubicadas en el interior de país, en Barinas, Guayana o Aragua.
Una exposición para todo ciudadano interesado en identificar los principios y medir las capacidades de los grupos que dirigen los nuevos caminos de la arquitectura residencial de nuestro país.
Totalmente de acuerdo con tu opinión en relación a la disparidad de las propuestas en las variables que señalas. Solo agrego que la nformación también indica que a esos proyectistas (Bielo rusos, rusos, españoles, portugueses, iraníes y chinos)les serán adjudicados los contratos de construcción. Muy preocupante,porque en nuestro país hay profesionales y empresas nacionales capacitados para acometer esas obras.
ResponderEliminarInquieta también que la tipología más repetida en etapa avanzada de construcción, es precisamente, aquella sin relación con nuestro trópico y carente de equipamiento e instalaciones complementarias.