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Patricia Morales
Resulta interesante visitar la muestra Escultura Escultores que presenta la Galería de Arte Ascaso en Caracas, como cierre del año 2012. Esta colectiva, que ocupa los tres pisos y la terraza del edificio de la galería, propone una revisión de más de 50 años de historia de la escultura en Venezuela. La exposición es esencialmente cronológica y reúne obras de treinta y siete artistas de tres generaciones.
Si bien en las abigarradas salas de la Galería no es fácil percibir con claridad la propuesta curatorial, en el catálogo se menciona un acercamiento a los planteamientos que caracterizan a la obra tridimensional en Venezuela: desde lo volumétrico, lo espacial y aéreo, el relieve adosado al muro y lo figurativo. La selección de los artistas contempla renombrados escultores del país, pero deja por fuera a un número de ellos que, sin duda, es necesario citar en el estudio de ese gran panorama de la escultura en Venezuela.
La exposición comienza en la planta baja con la selección de doce maestros escultores de dilatada trayectoria, y en muchos casos aún activos, como Lía Bermúdez, Harry Abend, María Cristina Arria, Cornelis Zitman, Pedro Barreto, Víctor Valera, Oswaldo Vigas, Pedro Briceño, Alirio Palacios y Yuye de Lima, además de la presencia ineludible de Jesús Soto y Francisco Narváez. La sala 2, bajo el nombre de Nuevas Visiones, agrupa los trabajos de 18 artistas que vendrían a dar desarrollo al movimiento escultórico venezolano que se inicia en la década de los cincuenta. Entre ellos podemos mencionar a Felipe Herrera, Rolando Peña, Rafael Barrios, Noemí Márquez, Milton Becerra, Jorge Zerep, Alexis Mujica, entre otros. En la sala 3 se agrupan, con el nombre de Otra Generación, los trabajos recientes de artistas como Sydia Reyes, James Mathison, Vicente Antonorsi, J.J. Moros, Humberto Salas y Luis Mille, con la responsabilidad de representar a las tendencias más contemporáneas de la escultura en el país. La muestra cierra en la terraza del edificio con el espejismo de reunir a manera de síntesis a los escultores más emblemáticos del país.
Dijo Roberto Guevara en una de sus reseñas periodísticas: “cuando se considera el panorama artístico del siglo, la escultura parece haber crecido un poco por su cuenta y riesgo… transitando en un comprensible término medio. Suyos son, en efecto, los más fuertes imperativos en el orden físico, su vinculación directa a la tangibilidad, a la consecuencia, al hecho concreto que aborda las tres dimensiones”.
En el contexto actual de la ciudad y del país, estas iniciativas privadas revelan la imperiosa necesidad de profundizar en la investigación e indagación artística, la participación de nuestros museos en esta tarea y, sobre todo, del rescate urgente de la experticia ya alcanzada en lo museográfico y montaje de exposiciones.
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